Historia
En 1870 se abren las puertas de uno de los establecimientos con más solera de la ciudad de Zaragoza. Bodegas Almau. Fue entonces el fruto de un traspaso que ya contaba con la tercera generación especializada en venta de vinos, cuántos años han pasado…
Dionisio Almau cuelga de la puerta de entrada su cartel en chapa de color blanca “Alcoholes, Vinos y Licores”. Y dedica su negocio al almacenamiento y venta de bebidas alcohólicas, sobretodo vinos. Todavía hoy conservan sus bisnietos Miguel Ángel y Noe, la estructura en madera del neófito comercio.
Han pasado 150 años desde su apertura y ni la calle Estébanes se ha ensanchado, ni el tubo ha desaparecido a pesar de los intentos. Le pregunto a Miguel Ángel Almau, que opina del continuo contraste que los medios reflejan de dos lugares tan cercanos, la Plaza España y el Paseo Independencia y el tubo.
Entonces el reloj de pared que compró Dionisio desea hablar, y entona con el sonido arcaico, pero vivo, su discurso. Son las seis de la tarde, aunque tenga 150 años.